Edición No. 16, Issue II, Enero 2020
1. INTRODUCCIÓN
La planificación y operación de un Sistema de
Potencia se basan en una serie de análisis relacionados
con simulaciones del comportamiento del sistema en
estado estacionario y dinámico. En este tipo de estudios,
el comportamiento real del sistema de potencia es
pronosticado mediante el uso de simulaciones basadas
en software. Para este propósito, los diversos
componentes físicos del sistema deben modelarse
adecuadamente para representar con precisión el
comportamiento real del sistema de potencia [1].
El propósito de la validación del modelo es
comprender los fenómenos subyacentes del sistema de
potencia para que estos puedan ser representados
adecuadamente en la realización de estudios. El objetivo
final es contar con un modelo de sistema total que pueda
predecir razonablemente el resultado de un evento; sin
embargo, para lograr esto, se necesita tener
componentes individuales del modelo del sistema que
también sean válidos. El proceso de validación del
modelo y la eventual "validez" del modelo requieren un
"juicio de ingeniería" en lugar de basarse en un simple
proceso de prueba y error del modelo determinado por
ciertos criterios rígidos. Esto se debe a que cualquier
actividad de modelado requiere ciertas suposiciones y
compromisos, que solo pueden determinarse mediante
una comprensión profunda del proceso que se está
modelando y el propósito para el cual se utilizará el
modelo.
Mientras que los modelos para algunos componentes
individuales del sistema de potencia (por ejemplo,
centrales eléctricas, transformadores, etc.) se validan
regularmente, el modelo completo del sistema de
potencia interconectado generalmente no se obtiene a
través de un proceso de validación sistemática del
modelo real. La validación de los modelos de
componentes individuales y los datos asociados, en
primer lugar, seguido de una extensión a la validación
del modelo en todo el sistema, es una progresión lógica.
En resumen, el proceso de validación implica confirmar
que la respuesta simulada (ya sea para un componente o
el sistema de potencia general) a una perturbación se
corresponde razonablemente con la respuesta medida
con una perturbación similar [2].
Modelar el sistema de potencia con suficiente detalle
es un requisito básico principalmente para aquellas
aplicaciones que se basan en una predicción precisa de
la respuesta dinámica del sistema, como el diseño de
estrategias de protección o esquemas de control. Por
ejemplo, la sintonización de los estabilizadores de
sistemas de potencia (PSS) requiere un modelado lo
suficientemente preciso de, al menos, la representación
Generador – Barra Infinita (SMIB, por sus siglas en
inglés) simplificada [3]. En este modelo simplificado,
con el fin de obtener toda la información necesaria para
ejecutar el proceso de una forma satisfactoria, el
generador, su regulador automático de voltaje (AVR), e
inclusive los componentes que representen el sistema de
excitación del generador, y su regulador de velocidad se
deben modelar adecuadamente para satisfacer
restricciones de precisión mínimas.
La herramienta y la metodología de validación de
modelos de centrales de generación desarrollada en este
trabajo toma en consideración las recomendaciones
señaladas por la Corporación de la Confiabilidad
Eléctrica de América del Norte (NERC, por sus siglas
en inglés) en el documento “Reliability Guideline
Power Plant Dynamic Model Verification Using PMUs”
[4].
Sobre la base de estas recomendaciones de
validación de modelos de Centrales Eléctricas, tras un
proceso de investigación adecuadamente estructurado y
fundamentado, se desarrolló una herramienta en
PowerFactory de DIgSILENT para reproducir eventos
previamente registrados por algún equipo de supervisión
de perturbaciones (playbacks), como una PMU, con el
propósito de determinar si los modelos ingresados en las
bases de datos utilizadas para los diferentes estudios
realizados por las áreas de planificación y operación de
CENACE y CELEC EP presentan una fiabilidad
aceptable o si estos necesitan ser revalidados.
Precisamente, con el amplio despliegue de unidades
de medición fasorial, a nivel mundial, ahora es posible
usar datos de alta velocidad, sincronizados en el tiempo,
de las condiciones operativas de la red (voltaje,
corriente, frecuencia y ángulos de fase) para validar y
calibrar modelos operativos de varios activos de la red.
La validación de modelos a través de sincrofasores
resulta ser ahora mucho más productiva ya que la
prueba y mejora del modelo utilizando información real
en línea es más precisa y, a menudo, más económica
que la prueba de activos tradicional [5].
El proceso de revalidación contempla el empleo de
otra herramienta que efectúa la identificación
paramétrica de los componentes del modelo de la
central eléctrica (turbina – generador, regulador de
voltaje, regulador de velocidad y estabilizador de
sistemas de potencia) a través del Algoritmo de
Optimización de Mapeo Media-Varianza (MVMO, por
sus siglas en ingles). El mismo realiza, dentro de un
proceso heurístico, una comparación entre los resultados
de la potencias activa (P) y reactiva (Q) de las
simulaciones, obtenidas mediante el modelo de
playback (inyección de voltaje y frecuencia en el punto
de conexión de la central - POC) con los registros
obtenidos de P y Q a través de la PMU, ver Figura 1.
Actualmente los entes reguladores de los sistemas
eléctricos, a nivel mundial, han hecho énfasis sobre la
extrema importancia de la validación de los modelos de
los sistemas eléctricos y han dispuesto que los
operadores del sistema (ISO, por sus siglas en inglés)
obliguen a los propietarios de las centrales de
generación a obtener una certificación, cada cinco años,