Edición No. 16, Issue II, Enero 2020
1. INTRODUCCIÓN
La importancia de la seguridad que brinden los
autobuses dentro del transporte terrestre de personas en
el Ecuador es enorme. Solamente en Quito, se estima
que 1’100.000 personas utilizan el servicio, al día [1].
Un gran porcentaje de la capital del Ecuador. Y la base
de la mencionada importancia radica en que los
autobuses están llamados a brindar protección a la
integridad física de las personas que se transportan en
ellos en caso de accidente.
Las alarmantes cifras que proporciona Justicia Vial
[2] hablan de más de 5000 víctimas mortales de
accidentes de tránsito por año. Los siniestros de
magnitud, (cuando existen más de 15 víctimas entre
muertos y heridos) tienen una periodicidad de 24 días,
versus la Comunidad Europea, que es de 720 días [2].
Específicamente, dentro de los principales tipos de
colisiones en los que se ven involucrados los vehículos
móviles y los autobuses (como tema principal de
análisis), la volcadura o volcamiento genera
preocupación debido al alto índice de personas
gravemente heridas que se suscitan cuando ocurre.
Según el Informe Anual de Accidentes de Tránsito
2007-2016 de la Comunidad Andina [3], los accidentes
por volcadura presentan un incremento promedio de
10% entre los años 2006 y 2017.
Ante esta realidad, es necesario que se demuestre de
alguna forma si los autobuses que circulan por las vías
protegen de manera adecuada a sus ocupantes en caso
de volcadura. Y la demostración viene dada cuando el
autobús es sometido a una prueba de volcadura, en la
cual, se hace volcar un autobús en condiciones
controladas.
Tanto autoridades nacionales como organismos
internacionales se han encargado de regular las pruebas
que permitan evaluar el comportamiento de los
autobuses ante choques e impactos. Se plantea dos
alternativas [4]:
1. Evaluación de comportamiento de autobuses ya
construidos (Pruebas de choque de buses reales)
2. Otras opciones tecnológicas enmarcadas dentro
de la Industria 4.0
La alternativa No. 1 presenta varias aristas
complicadas desde el punto de vista personal, al poner
en peligro vidas humanas, económico (situación actual
del país), técnico de costos (altos costos de un autobús
para destruir en pruebas), industrial (fabricantes
ecuatorianos en crisis) y de gran inversión.
Con la perspectiva esbozada para la alternativa No.
1, es inevitable voltear la mirada al análisis de
viabilidad de la segunda alternativa como objetivo de la
presente investigación: ¿Es posible realizar Pruebas de
Choque de autobuses de otra manera que no sea destruir
autobuses reales?
Para iniciar a responder la pregunta planteada, el
lector debe ubicarse en los albores de la Cuarta
Revolución industrial, la cual, según los especialistas,
está iniciando (o ha dado inicio) [5]. Con la nueva gama
te tecnologías que fusionan los mundos físico, digital y
biológico [5], la influencia en disciplinas clásicas como
la mecánica de sólidos y el estudio de colisiones
vehiculares es enorme, y constituye un cambio de
paradigma respecto de lo que se conocía hasta hace
algunos años [6].
En este punto es importante notar el giro de la
fabricación de productos a nivel mundial, en el cual,
cada vez se requiere menos pruebas físicas, dado que se
ha demostrado que se obtienen los mismos resultados
con pruebas virtuales, como es el caso de Boeing [7]. Y
esto tiene claros motivos:
- Reducción de horas de pruebas físicas, dado que
se dispone de las metodologías probadas y
validadas para obtener resultados reales
- Reducción de tiempo de desarrollo de productos,
con lo cual el costo total de desarrollos baje
sustancialmente [8]
- Ahorro de materias primas en la ejecución de
pruebas físicas que puedan ser reemplazadas por
pruebas virtuales, con lo cual el medio ambiente
no se ve afectado con chatarra que no se puede
reciclar, como es el caso de varios componentes
electrónicos [9].
En términos de la acción por el clima al aplicar de
tecnologías de simulación, los ingenieros de diseño
modernos tienen en su enfoque la implementación de
metodologías que permitan el ahorro de materias primas
y el mejoramiento de los procesos productivos [10]. En
el Ecuador, el laboratorio virtual de carrocerías de
autobuses recoge esta conciencia ambiental. El análisis
más importante es la eliminación de chatarra de
autobuses impactados, los cuales, para su construcción,
consumen grandes cantidades de energía, y producen
grandes cantidades de emisiones de carbono [11]. El
objetivo es usar ese material en nuevos productos que
tengan real utilidad [12]. El impacto ambiental mide
términos de huella de carbono, consumo de energía e
impactos en el aire y en el agua, la cual, según estudios,
mejora de manera categórica al usar tecnología de
simulación virtual para sus pruebas [10, 11, 13, 14],
debido a que se ha encontrado que los componentes
probados virtualmente poseen un impacto ambiental
mínimo.
Se conoce de la implementación de laboratorios con
alcances mayores a nivel internacional, específicamente
en España, con el Laboratorio de la UPM denominado
INSIA, el cual nace con la consigna de probar los
autobuses fabricados en ese país con tecnología tanto
virtual como física. Según los resultados del informe
[12], se ha logrado bajar la cantidad de personas
fallecidas en accidentes de autobuses en el período del
2000 al 2013 en un 5.7%. La existencia de un