Edición No. 18, Issue II, Enero 2022
1. INTRODUCCIÓN
En el presente, la humanidad se encuentra luchando
frente al “Cambio Climático” (CC), producto de las
alteraciones ocasionadas por las actividades humanas
que, de forma directa o indirecta, afectan a la
composición mundial de la atmósfera [1].
Una de las manifestaciones del CC es el incremento
en la temperatura de la Tierra, derivado del aumento en
la concentración de los gases de efecto invernadero
(GEI), resultado de los procesos productivos de la
humanidad, evidenciando su inequívoca responsabilidad
[2].
Dentro de las fuentes que emiten los GEI, se
encuentran la producción y uso de energía que, según la
OLADE, para 2016 representaron los 2/3 de las
emisiones mundiales con un aporte del 5% de América
Latina [3].
En términos de uso de energía, las edificaciones
consumen alrededor del 40% de la misma en
climatización de espacios, calentamiento de agua, entre
otros, dando como resultado, la emisión del 40% de
CO
2
(1/3 del total mundial) [4].
Los edificios y en general el sector de la
construcción, se ha ganado el derecho a ser el sector que
más energía consume y emisiones genera, aún si se
excluye la energía consumida relacionada con el
transporte de materiales de construcción hacia sus
destinos [5].
A nivel mundial, la energía final consumida en
edificios aumentó en más de 8 exajulios (EJ) entre 2010
y 2018, incrementando las emisiones, haciendo
necesaria una des carbonización con una transición
hacia edificios de consumo casi nulo [6]
De acuerdo a los datos de la IEA de su estudio
realizado en 2019, reflejados en la Fig. 1, la emisión de
GEI de edificios, para 2018, ha aumentado a 9,7 GtCO
2
,
un 7% respecto al 2010 y al considerar las emisiones del
proceso de fabricación de materiales de construcción se
alcanzaron las 11 GtCO
2
[6].
Figura 1: Emisiones mundiales en edificaciones, 2010-2018
Debido a que los edificios pueden generar hasta un
40% del total de emisiones GEI a nivel mundial durante
su vida útil [7], se han implementado programas y
acciones enfocadas principalmente a reducir la demanda
de valefacciòn y climatización [8].
Es por esto que se ha empezado a hablar de
eficiencia energética en los edificios, enfocada en 3
mejoras: soluciones arquitectónicas, rendimiento de
equipos energéticos y aprovechamiento de recursos
naturales renovables [9].
En el mundo, un país que sobresale en esta área es
España, con la creación de normativas que para el año
2002 solicitaba certificar sus edificios, en 2007 ya tenía
un proceso básico para este objetivo y desde mediados
del 2013 a la actualidad, la certificación de eficiencia
energética de los edificios pasó a ser de carácter
obligatorio [10].
En la actualidad España incluso cuenta con
herramientas informáticas que permiten emitir los
certificados energéticos de edificios, una de ellas y la
que más sobresale es la Herramienta Unificada LIDER
– CALENER (HULC) [10].
Cabe mencionar que el software HULC integra
bases de datos climáticos y energéticos de este país, por
lo que solo puede ser aplicable en el territorio español o
simulando su ubicación en el mismo.
Para el caso de Latinoamérica, entre 2013 y 2016, el
consumo energético del sector de la construcción
representó el 45% del total energético consumido por la
región, que se traduce en la emisión de GEI de
alrededor del 25% de la región en 2013 [11], 40% en
2015 [3], pudiendo alcanzar, en años porteriores, el 78%
de las mismas [12].
Respecto a la eficiencia energética para calefaacción
de espacios y calentamiento de agua desde el año 2000 a
2018 se ha mantenido prácticamente constante [13].
Finalmente, se espera que para el año 2050, gracias a
la eficiencia energética, el gasto de energía disminuya
en 4 kWh/m
2
para edificios residenciales y en casi 12
kWh/m
2
en edificios comerciales, mientras que para
producir agua caliente sanitaria (ACS), se mantendrían
los consumos en edificios residenciales y comerciales
en 40 y 27 kWh/m
2
respectivamente [14].
En Ecuador se ha empezado, en estos últimos años, a
profundizar las investigaciones sobre el consumo
energético en las edificaciones, es así que, en 2017
gracias al apoyo técnico o financiero de algunas
entidades extranjeras, entre ellas el Instituto Geológico
y Energético (IIGE), Agencia Española (AECID),
Centro Internacional de Métidos Numéricos (CIMNE) y
de INERGY, se puso en marcha el proyecto
denominado Sistema de Información Energética para
Edificios en Ecuador – SIE3 [15].
El proyecto SIE3, monitorizó y sistematizó el
consumo de energía de 502 edificios públicos (Fig. 2)
de la región costera e insular del país [15], con la
finalidad de establecer las prioridades energéticas y usi
eficiente de la energía de los siguientes 20 años [16].
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