Edición No. 21, Issue I, Julio 2024
1. INTRODUCCIÓN
La dependencia del mundo en el uso de combustibles
fósiles para la producción de energía, la
desregularización de los mercados eléctricos, y la
creciente penetración de energías renovables (RES-
Renovable Energy Sources), ha llevado a una rápida
transformación a los sistemas de potencia, llevándolos a
ser más eficientes, limpios, y con requerimientos más
complejos de control y administración [1].
Dentro de este contexto, actualmente, en los sistemas
de distribución se planifican las microrredes (MG-
Microgrid), como: “una mejor manera de aprovechar el
potencial emergente de la generación distribuida en un
enfoque sistemático que considera la generación y las
cargas asociadas como un subsistema” [2]. En un
enfoque más aceptado, la microrred también es definida,
como: “Sistemas de distribución de electricidad que
contienen cargas y recursos energéticos distribuidos
(como generadores distribuidos, dispositivos de
almacenamiento o cargas controlables) que pueden
operarse de manera controlada y coordinada, ya sea
mientras están conectados a la red eléctrica principal y/o
en forma de isla” [2].
Con el fin de reducir/mitigar las emisiones de
carbono, los componentes de una MG, cada vez son más
variados, ofrecen características particulares, elementos
y funcionalidades que permiten la gestión de la energía
[3]. En la Fig. 1 se muestra una estructura de MG
conectada a una red externa, la cual cuenta con: un centro
de control de energía, módulos fotovoltaicos (PV),
turbinas de viento (WT - Wind Turbines), cargas
controlables (vehículos eléctricos, EV-Electric
Vehicles), sistema de almacenamiento de energía (ESS -
Energy Storage System), entre otros [4]. La inserción de
ESS, proveen beneficios económicos y ambientales, en el
caso particular, de una MG aislada, su operación es
esencial para mejorar calidad, estabilidad, confiabilidad
de suministro y gestionar la energía [5].
Figura 1: Estructura de una microrred [2]
En las Islas Galápagos, con la finalidad impulsar la
sostenibilidad energética integral y reemplazar la
energía térmica con energías amigables con el medio
ambiente, se está ejecutando el proyecto de microrred
Conolophus en el sistema eléctrico Santa Cruz-Baltra.
Este sistema cuenta con 2 MGs, la primera situada en la
Isla Santa Cruz y la otra en la isla Baltra, las cuales están
conectadas en serie a través de una línea de transmisión
de un circuito aérea-subterránea-marina. Para la
planificación operativa de la microrred es necesario
estudios energéticos que reflejen la estocasticidad del
recurso primario utilizado en la generación de energías
renovables.
En la actualidad la energía de Galápagos es
dependiente en su mayoría de combustibles fósiles, la
demanda se atiende en un 85%-90% a partir de recursos
de generación térmica y lo restante con recursos
renovables. Adicionalmente la calidad del servicio
eléctrico en cuanto a la continuidad de servicio no logra
cumplir los estándares que se estipulan en regulaciones
de Ecuador. Lo que busca el Proyecto Conolophus es
atender esa dependencia, y mejorar el servicio
eléctrico.[6]
Dentro del análisis e impacto energético de las islas
Galápagos y del proyecto Conolophus se han realizado
varios trabajos, por ejemplo, en [7] mediante simulación
de Montecarlo, se realiza una evaluación a mediano y
largo plazo de la transición energética de Galápagos
respecto al reemplazo de combustible fósiles por energías
limpias. Por otro lado, en [8], se modelan en HOMER
Pro, tres tipos de Energías Renovables No
Convencionales (ERNC) para cubrir las necesidades de
energía en comunidades aisladas de las islas Galápagos.
Adicionalmente, en [9], se modela en HOMER Pro, el
sistema eléctrico Santa Cruz-Baltra, y considera la
inserción de vehículos eléctricos y cocinas de inducción.
Todos estos trabajos, permiten el análisis de la
prospectiva energética para la planificación de expansión
y toma de decisiones a largo plazo. En este sentido, aún
es necesario considerar modelos que permitan el
modelamiento del despacho económico de la energía
eléctrica considerando la incertidumbre de las variables
estocásticas.
Debido a la naturaleza estocástica de los datos
relacionados al despacho económico de corto, mediano y
largo plazo, se hace necesario, la implementación de
métodos de optimización que consideren incertidumbre,
también conocidos como modelos de programación
estocástica. La programación estocástica busca optimizar
la asignación de recursos, donde uno o varios parámetros
son inciertos en el momento de tomar la decisión; sin
embargo, dichos parámetros pueden ser estimado, a partir
de distribución probabilística (datos históricos) [10].
Por lo general, las técnicas empleadas, buscan reducir
el problema estocástico a un problema determinista
equivalente, cuya solución se considera óptima del
problema estocástico. Básicamente existen dos tipos de
modelos de programación estocástica: 1) Modelos
“Esperar y Ver" (wait and see) o modelos de
programación estocástica pasiva y, 2) Modelos “aquí y
ahora" (“here and now") o modelos de programación
estocástica activa basados en optimización inmediata en
base a alguna medida de probabilidad [10]. Para resolver
los problemas estocásticos se han desarrollado diferentes
algoritmos matemáticos, entre los más usados, se